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jueves, 15 de marzo de 2012

Un Mundo en cambio (II)


Por fin he conseguido sacar de mi vieja memoria externa el trabajo así que publico la segunda parte. Espero que os guste. No la he revisado, es de 2009 así que puede haber cualquier cosa

La Superpoblación.

La Superpoblación o Sobrepoblación se refiere a un aumento excesivo de la población que empeora las condiciones de vida de los individuos debido a la sobreexplotación de los recursos disponibles que acaban por no ser suficientes. Para evitar esta superpoblación, el país o región en cuestión debe crecer según el modelo de desarrollo sostenible para conseguir un crecimiento de los recursos de forma ecológica y que sean repartidos entre toda la población justamente.

En el siglo XIX se produjo un crecimiento de población que se ha ido incrementando hasta dar la población mundial actual. Este crecimiento se debe, sobretodo, al aumento de esperanza de vida y a la disminución de la mortandad infantil gracias a la mejora de las condiciones de vida por un desarrollo sanitario y tecnológico especialmente en los últimos setenta años. Hasta prácticamente el final del primer cuarto del siglo XX, la mortandad infantil era muy elevada, apenas unos pocos niños salían adelante debido a la falta de higiene. A ello se suma la muerte de muchas madres debido a la poca preparación médica existente. Por otra parte, la esperanza de vida no superaba los 40 años debido, en especial,  al desgaste físico y a la falta de precauciones en los trabajos que eran, sobretodo, físicos y manuales como las cadenas de montaje.

En la actualidad casi la mitad de la población vive en las áreas urbanas, número que cada día aumenta debido a la emigración del campo a las ciudades y a la llegada de extranjeros. Por ello, las grandes ciudades suelen estar masificadas, pero esto no parece importar a los inmigrantes pues las posibilidades de una mejora en sus condiciones de vida parecen más probables en la ciudad que en el campo. Debido a la crisis, el número de inmigrantes extranjeros ha disminuido porque retornan a su país pero no el de emigrantes rurales.

De cualquier forma, se puede observar que, en las ciudades de los países desarrollados, la población no aumentaría prácticamente si no fuera por la gente que migra hacia ellas. Esto es debido a que, la tasa de natalidad cada vez es más baja y las familias suelen tener uno o dos hijos como mucho mientras que, no hace más de medio siglo, las familias contaban al menos, con cuatro hijos. Por ello, el aumento de la población mundial se debe sobretodo a la natalidad en los países subdesarrollados y en vías de desarrollo.

Sin embargo, hay que plantearse si este término de Superpoblación sólo se da en los países del Tercer Mundo. Es cierto que se cumple en los países menos desarrollados debido a la cantidad de gente y a la escasez de los recursos. Pero también se da en los llamados países del Primer Mundo debido a la cantidad de recursos consumidos por habitante que es más de la necesaria. Esto es que la producción no cubre las necesidades de los habitantes de los países desarrollados y necesitan importar más recursos.

Llegado a este punto, hay que plantearse si la superpoblación es un problema de habitantes o es un problema de consumismo y mala repartición de los recursos. Mientras los países Tercer Mundistas apenas cuentan con recursos, debido a la sobreexplotación de su Tierra, los países del hemisferio norte consumen más de lo que necesitan y, al paso al que crece la población mundial, en un futuro será más problemático porque nos enfrentaremos a un mundo mucho más desgastado y con muchos menos recursos. Una solución rápida y que se está utilizando, es fomentar el uso de las tierras yermas de los países Subdesarrollados mediante abonos e insecticidas. Lo único que se consigue es una mayor cantidad de agua contaminada a causa del ser humano contribuyendo aun más al agotamiento de los recursos.

Por lo que el consumo y la utilización del agua van ligados tanto al número de personas que debe sustentar, como al desarrollo económico del país en el que éstas vivan. En todos los países hay acciones que influyen en el consumo de agua y el aprovechamiento de sus reservas: cultivar, alimentar el ganado, consumo humano y el agua contaminada por los desperdicios. Un ejemplo claro es que en los países occidentales consumen una mayor cantidad de agua por varias razones, algunas tan, en apariencia, poco importantes como la alimentación basada en productos cárnicos que exigen una mayor cantidad de agua para alimentar a los ganados. Por otra parte, países como China, en vías de desarrollo que aun siendo el país con  mayor población de la Tierra, consume menos agua en proporción ya que su dieta está basada en alimentos vegetales.

Podemos ver que el cambio climático está íntimamente relacionado con la Superpoblación, ahora bien, ¿qué es el cambio climático?








El cambio climático.

Desde hace algunos años se ha estado insistiendo con un problema relativamente nuevo y al que, en un principio, no se le ha prestado mucha atención. La comunidad científica comenzó a darse cuenta de la situación gracias a Sherwood Roland y a Mario Molina que descubrieron por accidente que los CFC (clorofluorurocarbonos, componentes que antes se utilizaban en la mayoría de los aerosoles) provocaban daños en la capa de ozono. Sin embargo, no fue hasta 1984  cuando por fin  los japoneses e ingleses que estudiaban la capa de ozono en la Antártida dieron a conocer que, en esa región del globo, el filtro de ozono era considerablemente más fino. Pero no los dieron a conocer antes pues lo inverosímil de sus mediciones les hacía pensar que estaban en un error. Estos datos dieron pie al primer acuerdo internacional sobre el cambio climático, El Protocolo de Montreal, que establecía que los CFC deberían desaparecer antes del 2010.

Debido a los CFC se produjo uno de los grandes problemas ambientales del siglo pasado que, a estas alturas, por suerte, se está intentando solucionar. Nos referimos al agujero de Ozono. El agujero surgió debido a la interacción de los CFC con el ozono produciendo la disminución de su concentración. Si se observan las mediciones del tamaño de dicho agujero podemos ver que fluctúa siendo unos años enorme y otros, estando a punto de desaparecer. Los científicos estiman que desaparecerá en 2040, pero, es muy difícil predecir si es verdad pues los países cada vez consumen más y con menos cuidado burlando las leyes acerca del cambio climático. Sin embargo, el exceso de ozono tampoco es bueno, sobretodo si se acumula en las partes bajas de la atmósfera dando lugar al llamado smog. El smog se forma por la interacción del ozono troposférico con algunos componentes químicos y emisiones de las fábricas. Estas nubes pueden producir serios daños en la salud y, debido a los vientos, se acaban acumulando en las zonas rurales.

Sin embargo, con esto no se acaba con todo el problema, el principal causante del cambio climático es el efecto invernadero. El efecto invernadero, es necesario para la vida en la Tierra pues, en condiciones normales debido a que absorbe la energía que llega del sol, mantiene la temperatura necesaria para la vida, pero, en gran parte debido a la intervención del ser humano, este efecto se está incrementando. Al igual que todos los seres vivos, el ser humano transforma su entorno, en este caso, mediante la emisión de CO2 debido al consumo de carburantes fósiles (carbón y petróleo). Sin embargo, la transformación que produce el ser humano en el medio se debe, en parte al gran número de personas que habitan la Tierra y en parte a la indiferencia de muchos Gobiernos.

El cambio climático tiene muchas consecuencias relacionadas, en su mayoría, con el aumento de la temperatura media:

Cambios en la fauna y flora: debido al aumento de temperatura, los frutos maduran y las flores polinizan antes. En cuanto a la fauna, la época de cría y las migraciones se adelantan. Estos cambios producen algunos desajustes pues si antes todos los sucesos se combinaban de forma armónica, ahora, algunos animales se quedan sin alimento o algunas plantas se quedan sin polinizar debido a que los seres vivos que debían hacerlo ya han migrado.

Cambios en las estaciones: está ligado al punto anterior, el invierno dura menos y la primavera y el verano se adelantan. Estos cambios bruscos de temperatura dan lugar, en muchas partes del mundo, a catástrofes naturales como tornados e inundaciones.

Fusión de los casquetes polares, los glaciares y otras nieves: los primeros provocan el aumento del nivel del mar y la disminución en la concentración de sales. Esta subida en el nivel del mar provoca que ciudades e incluso países enteros se vean amenazados por las inundaciones. Los segundos causan inundaciones y torrentes; y los terceros son tan graves como el deshielo de la capa de hielo que cubre Siberia que provoca el derrumbe de los edificios.

Desertización y desertificación: entendemos como desertización el proceso natural en el que una tierra se va volviendo cada vez más estéril; y desertización al mismo proceso que ocurre a causa del hombre bien porque explota en exceso esa zona o bien porque es a consecuencia del cambio climático. Para aumentar el terreno cultivable se están usando gran cantidad de fertilizantes y otros productos químicos que  no hacen más que reducir el nivel de agua dulce sin contaminar.

Escasez de agua dulce: debido al calentamiento global, las fuentes de agua dulce se agotan, el suelo se seca y se necesita más agua para poder cultivar, además del deseo de satisfacer otras necesidades secundarias como el ocio (campos de golf, parques acuáticos, etc.). Esta carencia, como es lógico también repercute en la fauna y la flora. Al ritmo actual, el agua dulce empezará a ser escasa dentro de no muchos años y eso dará lugar a disputas de gran calibre que se pueden entrever en ciertas partes del mundo.

Todos estos problemas sumados representan una amenaza en la biodiversidad que si bien puede no parecer muy importante, lo es, porque todos los organismos son importantes porque desempeñan una función imprescindible en el ecosistema.

Para evitar todas estas catástrofes, en 1992 tuvo lugar la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro cuya función era concienciar a las diferentes naciones acerca del problema climático. Tras un duro trabajo en 1997 se firmó el Protocolo de Kioto para frenar en parte el calentamiento de la Tierra mediante la disminución de la emisión de gases. Sin embargo, no es algo que todas las naciones respeten: EEUU, el principal emisor de CO2 del mundo se ha negado hasta ahora a aceptar el Protocolo aludiendo que las pruebas del calentamiento global no son definitivas. Sin embargo, el nuevo Presidente apunta hacia una política más respetuosa con el medio ambiente.

Cada país tiene asignados unos niveles de emisión de gases, pero al igual que con todo, los países que quieren emitir más, lo consiguen. Como es lógico, los países del Tercer Mundo pueden emitir más, mientras que los países más ricos y desarrollados menos. Sin embargo, para saltarse estas restricciones, los países desarrollados compran sus niveles de emisión a los subdesarrollados. De esta forma, se consigue justo lo contrario que pretende el Protocolo, se emite más.

Pero, estas variaciones de temperatura se han ido produciendo de forma cíclica a lo largo de la historia de la Tierra produciéndose grandes aumentos de temperatura y grandes glaciaciones que, en algunas ocasiones, han acabado prácticamente con toda la vida en la Tierra. Es innegable que existe relación entre el aumento de temperatura y las actividades humanas, cosa que debería ser, en cierto modo, tranquilizador ya que se conoce la causa de este calentamiento. Si no lo conociéramos no se podría hacer nada por remediarlo. A pesar de tener la oportunidad de enmendarlo, la población y las empresas no se conciencian de la necesidad de cambiar esta situación. Una parte, en la que se incluyen las grandes empresas piensa que la situación no está tan mal y que cuando empeore habrá que tomar medidas; otra parte piensa que el daño ya está hecho y no se puede reparar; y una tercera, se demuestra indiferente, hace como si el problema no estuviera ahí confiando en que la ciencia y los políticos lo solucionen tarde o temprano.


¿Es posible cambiar los paradigmas de la sociedad?

Un paradigma se refiere a ideas, pensamientos, creencias, etc., que se adoptan en la niñez y que no se ponen en duda. Se puede definir al paradigma como "una completa constelación de creencias, valores, técnicas, etc. compartidas por los miembros de una determinada comunidad". Cada paradigma delimita un período del tiempo y durante ese intervalo, delimita tanto la dirección de las investigaciones científicas (ya que los interrogantes que no abarque un paradigma serán el objeto de estudio para crear el siguiente); como lo que se puede considerar ciencia mientras el paradigma este vigente. Por ejemplo, como paradigmas científicos se pueden citar a Aristóteles cuyas ideas estaban firmemente arraigadas en la Edad Media y que fueron sustituidas por el heliocentrismo de Copérnico y Galileo; o Las Leyes de Newton que se consideraban la respuesta definitiva en física y que fueron anuladas en ciertos puntos por la relatividad de Einstein.

Sin embargo, no sólo existe el paradigma científico, también se encuentran paradigmas en lo social y lo económico. Para que pueda tener lugar un cambio, han de darse las condiciones sociales y económicas necesarias. Sin embargo, es más difícil inducir los cambios en el sector económico sobretodo si se trata de grandes empresas que se arriesgan a perderlo todo; por lo que generalmente existen pequeños cambios pero no grandes revoluciones capaces de cambiar los paradigmas dominantes. Sin embargo, se está produciendo un cambio a nivel empresarial: cada vez las empresas se preocupan más por estrechar las relaciones con el cliente consiguiendo así un acuerdo de fidelidad. Por otro lado, y pasando al aspecto social, habría que valorar si el público está predispuesto a aceptar dicho cambio porque no interfiera con sus paradigmas vigentes o si están listos para cambiarlos.

Los paradigmas surgen para acabar con un paradigma anterior, como algo nuevo y revolucionario que se acaba instalando como herencia cultural en las siguientes generaciones. Cada paradigma gozará de la hegemonía durante un tiempo pero finalmente será sustituido por el siguiente que también aparecerá como algo nuevo e innovador. Pero, se puede observar que, en la actualidad, es más probable un cambio a nivel científico que a nivel social y económico aunque eso no significa que sea fácil.

Para vencer a los paradigmas, es necesario tener en cuenta todos los factores que los condicionan tal y como son. Es necesario que alguien (ya sea una persona, un grupo, una empresa, etc.) tenga el valor de inducir el cambio y, después, éste sea aceptado por la sociedad. Para ello, el cambio ha de basarse en el paradigma anterior pues de ser un cambio radical, la población no lo aceptaría a menos que, en general, hubiera problemas con el modelo vigente de forma global. Por ello, habría que plantearse si la crisis que está afectando actualmente a todo el globo puede ser de algún modo el medio de cambio hacia otro paradigma que se adapte a las nuevas características sociales y económicas.

Si la crisis terminara aquí y ahora, sería necesario un cambio aunque habría muchos reticentes, pero quizá hubiera incluso más que lo apoyasen. El paradigma económico vigente se derrumba y con él, el social. Sin embargo, el paradigma científico se afianza cada día más buscando nuevas salidas y descubrimientos. Poco a poco nos damos cuenta que el modelo económico del estado de bienestar que no es más que el bienestar para unos pocos, está reduciendo su marco a incluso menos. Esto socialmente no es aceptado pues si bien, en la sociedad aun no está implícito un desarrollo sostenible, si lo está el desarrollo equitativo y, como ha pasado en otros momentos de la historia, la gente lucha por ello. Puede que con el cambio que se avecina, se mejore la situación y se consiga una equidad verdadera o que, simplemente, se intente mantener lo que ya se tenía lo que implica que unos pocos sigan gozando del estado de Bienestar aunque esto implique el malestar de otros muchos.


¿Hay salida?

La salida, en todo caso, consiste en el cambio de paradigmas a nivel mundial. Sin embargo, los paradigmas serán diferentes según el país o el lugar en el que nos centremos. Si nos centramos en los países desarrollados, éstos deben emplear todos los esfuerzos necesarios para apuntar hacia un desarrollo sostenible pues tienen los medios pero no las ganas. Además de ello, como es bien sabido que ocurre, deben dejar de basar sus economías en el consumo indiscriminado, importando materias de los países subdesarrollados de tal forma que los recursos vendidos al Primer Mundo no pueden ser utilizados por la propia población que los produce, lo que empobrece la economía de los países tercermundistas. Los países en vías de desarrollo y los tercermundistas deben apuntar hacia el desarrollo equitativo para, en primer lugar, buscar el equilibrio económico y, una vez hecho eso,  buscar también el bienestar de la población.

Aunque en esencia los paradigmas del Primer Mundo y Tercer Mundo son diferentes, todos persiguen un fin común: repartir los recursos existentes de forma equilibrada para conseguir que el Desarrollo Sostenible sea una realidad a nivel mundial. Pero, este objetivo, al igual que otros muchos, no pasa del nivel teórico.

Para poner en práctica esta teoría sería necesario incidir sobre varios puntos que influyen negativamente en el desarrollo sostenible. Primero, nos encontramos con que la economía, basada en los combustibles fósiles se tambalea. Entonces, un primer paso, debe ser invertir en energías renovables y en su investigación para poder sacarles el mayor provecho y, la conservación de los recursos naturales de los que aun disponemos. De esta forma, se podrá potenciar la economía y la ecología a un mismo tiempo aunque para ello tengamos que pasar por la fase de retomar la energía nuclear como alternativa más barata a los combustibles fósiles como esta haciendo Italia.  Como consecuencia habrá que buscar la manera de eliminar los residuos de forma segura y no solamente mediante su enterramiento pues con eso sólo se consigue dejar basura a las generaciones futuras.

En segundo lugar, no basta con asistir a los países tercermundistas mediante la ayuda a sus Gobiernos o mediante ONGs porque, las ayudas al Gobierno son acumuladas normalmente por los dirigentes del país en cuestión y no se invierten en la población;  y, en cuanto a los segundos, no basta con enviarle comida o dinero, hay que darles un medio de producción a través de la rehabilitación de las tierras yermas y en infraestructuras. De esta forma, la población conseguirá un medio de subsistencia, la economía interna del país mejorara y se conseguirá poco a poco el bienestar social.

Otro gran problema es la superpoblación, que en gran parte se solucionaría si se consiguiera la estabilidad económica y social en los países que la sufren. A la vez que se consiguiera dicha estabilidad, también se podrá educar a la población en el empleo de métodos anticonceptivos para así, conseguir regular el crecimiento. Otro paso consistiría en asegurarse de no sobreexplotar los recursos. Para ello, hay que  producir más de una manera eficaz, eficiente y respetuosa con el medio ambiente; y consumir menos. Para llevar esto a cabo, volvemos a lo de antes, invertir, invertir un dinero que muchos no están dispuestos a usarlo en eso.  

Sin embargo, todo esto requiere un compromiso de colaboración a nivel mundial por el cual tanto países pobres como ricos, dentro de sus posibilidades, realicen las acciones oportunas para que el desarrollo económico mundial sea una responsabilidad compartida. Una buena base es el Protocolo de Kioto en el que, los países del Primer Mundo frenan su contaminación para que los del Tercer Mundo puedan desarrollarse.

Como conclusión final nuestro nuevo paradigma sería repartir los recursos existentes de forma equilibrada para conseguir que el Desarrollo Sostenible sea una realidad, es decir, que el paradigma actual cambie a un paradigma de igualdad. Esto es muy difícil de conseguir  pero si no se hacen utopías no se puede mover el mundo.

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