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jueves, 17 de mayo de 2012

The Last Universal Common Metabolism (I)

Trabajo basado en: How Did LUCA make a living?: Chemiosomosis of the origin of life






¿Qué es la vida? La vida, según la definición de la NASA, corresponde a un sistema químico autosuficiente, capaz de experimentar una evolución de tipo darwinista. El estudio del Origen de la Vida ha sido un interrogante desde hace largos años con el objetivo de comprender de qué estaba compuesto LUCA (The Last Universal Common Ancester) y dónde y cómo pudo surgir. Con este objetivo, se han desarrollado diferentes teorías a lo largo de los años aunque todas coinciden en tres puntos esenciales: LUCA necesitaba una estructura, un metabolismo y una información que se pudiera transmitir.

Además, hay dos enfoques clásicos: el RNA primordial y el metabolismo primordial. Estas teorías colocan al RNA como primer escalón a la vida o a un metabolismo que partió de reacciones sencillas y que se fue complicando con el tiempo, respectivamente. Este trabajo acerca del metabolismo primordial podemos englobarlo dentro del segundo grupo de teorías ya que, con diferentes argumentos, colocan a la quimiosmosis como primer metabolismo alrededor del que surge la primera célula.

The Last Universal Common Metabolism: de lo inorgánico a la vida.

En este trabajo se habla acerca de la importancia de la quimiosmosis, es decir, el movimiento de iones a través de una membrana gracias a un gradiente de protones. Gracias a diferentes evidencias, que serán expuestas a continuación, este intercambio iónico es colocado como el metabolismo primordial e inherente de la primera célula, cosa que se refleja en su universalidad en la vida actual. Este planteamiento se basa en la teoría de Wächstershäuser y la posterior de Hall, Russell y Martín en las que el escenario del origen de la vida está ligado a las surgencias hidrotermales submarinas de carácter alcalino.

Si se emplaza el origen de la vida en estas fuentes hidrotermales,  se subsanan los problemas de la sopa primordial (Miller 1953) basada en las teorías de Oparin. Esto es debido a la poca concentración de los componentes en el mar ancestral por lo que la formación espontánea de moléculas estables es difícil. Por otra parte, la radiación UV, fuente de energía de Oparin y Miller, además de provocar la formación de polímeros también produce su destrucción de forma que no podría aumentar la concentración que daría lugar a moléculas más complejas.

Por otra parte, es necesario que las surgencias sean de carácter alcalino porque las llamadas fumarolas negras tienen un pH demasiado bajo y unas temperaturas demasiado altas como para permitir el desarrollo de la primera vida. Las surgencias hidrotermales alcalinas son un buen escenario ya que el agua emerge desde la corteza terrestre cargada de iones gracias al proceso de serpentinización. Este proceso consiste en la filtración del agua, que, debido a las altas temperaturas de las capas más bajas de la corteza, capta moléculas inorgánicas y sale por estas fuentes hidrotermales. Cuando el agua caliente entra en contacto con el agua del océano, algo menos caliente y con un pH diferente, se produce la sedimentación de algunos minerales (Bartolo Luque et al. 2009).

Por lo tanto, gracias a las temperaturas moderadamente altas, pH alcalino, gran cantidad de moléculas inorgánicas (H2, CH4, HS-, FeS, HCN, CO2, NH3,…) y pequeñas microcavidades de FeS (pirita), que permitían la concentración de las moléculas que se forman debido a reacciones inorgánicas favorables; se cree que pueden ser el emplazamiento del origen de la vida.  Estas microcavidades, encontradas en Lost City, pudieron formarse junto con aragonita y servir de membrana inorgánica a las primeras protocélulas como explicaremos más tarde.

El principal inconveniente de las surgencias hidrotermales alcalinas se basa en la baja concentración de moléculas que no están presentes pero que son muy importantes para la vida como el fósforo, el magnesio o el zinc. Como solución a este problema se planteó el trasladar el escenario hidrotermal submarino a uno en superficie que contara con estos iones importantes. Además, aunque la radiación UV puede suponer un problema,  la presencia de compuestos metálicos como el hierro, ayuda a la protección (Jesús Page 2012).
Fuera submarina o no, para explicar el origen de la quimiosmosis, es muy importante el pH alcalino porque ayuda a establecer un gradiente de concentración de protones. Este gradiente de concentración es posible gracias a que la atmósfera primitiva era muy reductora y con gran concentración de CO2 que se disolvía en el océano, dándole un carácter ácido. Esto hizo posible el gradiente de protones, desde el océano al interior de las microcavidades, gracias al que la quimiosmosis es posible.  Los gradientes van siempre asociados a membrana en la actualidad, por lo que en LUCA, al no tener, tuvo que acoplarlo a las paredes inorgánicas de las microcavidades. Además, gracias al gradiente de protones y a la presencia de H2 y CO2 en las surgencias hidrotermales alcalinas, se podían llevar a cabo procesos de metanogénesis y acetogénesis (o unos muy similares) no acoplados a ATP. Los compuestos de un solo carbono son y eran esenciales para el inicio de estos procesos y se producían gracias a la serpentinización explicada previamente (William et al. 2008).

A pesar de que aún no existía la vida como tal, una vez generadas las primeras moléculas tuvo que haber una evolución prebiótica mediada por una selección natural de tipo termodinámico. En esta evolución, las reacciones más favorables y los compuestos más estables prevalecieron frente a los más inestables y con reacciones más improbables.

Los procesos de metanogénesis eran capaces de producir acetiltioésteres capaces de almacenar cierta cantidad de energía que se incrementaba en combinación con el fosfato. Estas moléculas fueron previas al ATP y pudieron poner en marcha el metabolismo primordial. Además, como explica en el texto, los enlaces tioester pueden ser transformados fácilmente en enlaces fosfato como los del ATP. Por lo tanto, los nucleótidos debieron surgir como moléculas estables de almacenaje de energía y de forma azarosa condujeron a la unión para formar ATP (Robert Saphiro 2007). A continuación exploraremos este punto.

Sabemos que el ATP finalmente se acopló a la quimiosmosis, debido a que, tanto en bacterias como en arqueas, encontramos quimiosmosis. Además, las membranas son totalmente diferentes, el sistema de manejo del material genético es similar pero presenta proteínas distintas y las ATPasas son de distintos tipos. Por lo tanto, el mecanismo quimiosmótico tuvo que ser previo a todo esto. Sin embargo, existe una proteína común a todos los organismos: el receptor SRP del retículo endoplasmático rugoso.

Esto entra en conflicto con la anterior información ya que es una proteína de membrana. Pero si consideramos que esta proteína viene de la transcripción y traducción de un RNA mensajero, es necesario que haya material genético previamente. Esto es respaldado por el hecho de que no existe ningún mecanismo conocido capaz de transformar las proteínas en información genética, es decir, una especie de retrotranscripción proteica (Jesús Page 2012). Más tarde volveremos sobre esta cuestión.

La presencia de ATP gracias a la quimiosmosis, es decir, gracias a un gradiente de protones; en lugar de ATP (u otras moléculas energéticas) generados gracias a fosforilaciones ligadas a sustrato; supuso una ventaja para la célula primordial ya que la permitía crecer.

Estos argumentos dejan de lado a la fermentación que, durante mucho tiempo, fue el principal candidato a primer metabolismo dado que cuando la vida emergió, había poco o nada de oxígeno. Sin embargo, la fermentación es un proceso muy complicado como para haber sido el primero, además de que, tanto en bacterias como en arqueas, los elementos implicados son muy diferentes. Por lo tanto, la fermentación tuvo que ser un elemento que surgió dos veces en la línea evolutiva. 


Continuará....



BIBLIOGRAFÍA




  • Álvaro Giménez Cañete, Javier Gómez-Elvira, Daniel Martín Mayorga (2011); Astrobiología: Sobre el origen y evolución de la vida en el Universo; Colección Divulgación Editorial Catarata; Capítulo 4; 105-138
  • Bartolo Luque, Fernando Ballesteros, Álvaro Márquez, María González, Aida Agea, Luisa Lara (2009); Astrobiología: un puente entre el Big Bang y la vida. Editorial Akal; Apartado 8 y 9; 171-205
  • David F. Blake y Peter Jenniskens (2001); Hielo y el Origen de la Vida; Investigación y Ciencia; Monográfico 52;  12-17)
  • James P. Ferris (2006); Montmorillonite-catalysed formation of RNA oligomers: the possible role of catalysis in the origins of life; Philosophical Transactions of the Royal Society; 361; 1777-1786
  • Jesús Page (2012). Origen y Evolución Celular. UAM
  • Robert M. Hazen (2007); El origen mineral de la vida; Investigación y Ciencia; Monográfico 52: 18-25
  • Robert Saphiro (2007); La aparición repentina de una macromolécula autorreplicante como el ARN era extremadamente improbable. Los iniciadores de la vida habrían sido entramados de reacciones químicas impulsados por una fuente de energía; Investigación y Ciencia; Monográfico 52; 5-11
  • William Martin, John Baross, Deborah Kelley and Michael J. Russell (2008); Hydrotermal vents and the origin of life; Nature Reviews; 6; 805-814


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